martes, 5 de febrero de 2013

Poemas huérfanos (XIV)


XIV.

Le urgían vastas manos

Que mantuvieran el hambre

Y la abstuvieran del los cuerdos y cordiales.

Que solo rozarlas fuera ofensa,

Sacrilegio maldito posado

En sus cuencas,

Que sentadas esperaban.



La eternidad se pliega en sí misma

Y no llegamos a tiempo,

Porque hemos preferido ser abismo

Y ser tan fugaces como vivos,

Hasta que nos arranque la muerte

Antes de que la rutina nos alcance.



Me urgen, a mí,

Tus manos sin guantes

Y a carne viva.

Ahora,

Quiero que me palpen

Hasta que mi piel

Se vuelva inmune

Al resto de yemas raudas

En cuerpos desnudos.



Ahora,

Que antes de tocarme

Has conseguido moverme, dentro,

-a mí, estática-

mi yo más profundo.


martes, 1 de enero de 2013

Poemas huérfanos (XIII)

XIII.

No tengo pijama

ni sueño,

ni harapos

que me escondan.



Soy perversión en bruto,

sexo y aliento manchados.



A esta noche, que abre mis costras,

la trago con ojos abiertos,

sin dejar que me engulla.



Prefiero no arriesgar

a soñarte,

y consumirme

bajo el tintineo del reloj.

En este aire sucio,

y frío,

que me hace temblar

por fuera.



Mientras tú,
me remueves por dentro.




domingo, 2 de diciembre de 2012

Poemas huérfanos (XII)

XII.

Mejor despacio,
Sin que nos ahogue el tiempo maldito,
Sin que los segundos sometan a nuestros cuerpos,
Aún calientes y tersos.

Despacio
porque pasa el aire de largo
y no nos enteramos,
porque, lento, llenamos plazas
y ciudades,
antes vacías a mis ojos.

Sin prisa.
Me gustas sin prisa.
O con ella,
Porque me gustas de todas las maneras posibles.

Ya está sonando.
Se arremete en los silencios
Y nos hace correr,
Aunque sea a amarnos.

Frena.
No quiero sangre,
Ni desgracias, ni llantos.
No quiero faltas.

Ven,
Que cuando te siento,
Se para solo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Poemas huérfanos (XI)

XI.

Es entonces cuando se te avalanchan los pasados.
Cuando la noche cae roja y estridente,
y los días sangran, tan amargos.

Ves entonces, como las lágrimas salían como gritos.
Tu rostro es húmedo,
como tu recuerdo,
que plañe remordiéndose los vacíos
que tanto tiempo te llenaron.

Quisiste chillar,
pero allí nunca hubo aire.
Te criaste entre humos negros
y entre tanto fuego,
que acabó quemándose
hasta la vida.

Y fuiste desierto.
Tierra infértil y nauseabunda,
como aquella
que recorrió tu sueño y tu vigilia.
Fuiste castración.
Empeño de diente de oro.
Carne de cañón.

Silencio abierto.

Hasta que de las cenizas,
naciste de nuevo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Para un domingo encapotado...

Buena música para un domingo casi lluvioso. Vozarrón que os va a llenar los oídos y el día:


Y mi otra recomendación para hoy: 


domingo, 21 de octubre de 2012

Poemas huérfanos (X)

X.

Has arrastrado mis vacíos más mundanos,
soplo a soplo hasta llenarlos de ausencia.

Mordaz, has derrotado a las sombras
que custodiaban mi espalda
contenida de bocados mudos,
y has vislumbrado los temblores
hacinados en la cima de mi pecho.

Guardaste otros vientres en tu regazo,
mas ahora tus poros se cubren con mi piel
y enciendes mis escápulas
tan cargadas, entonces, de silencios huracanados.

Has rezagado las sangrantes cicatrices
que otras te marcaron,
y has amarrando fuerte mis manos,
ávidas por descubrirte de principio a fin.

Porque borraste el frío del invierno
y es más cálida la noche
desde que te arropas con mis sábanas,
aquí me quedo.

Hasta que se desvanezca el aire.

Y cuando agotado esté
hasta el último halo de mi aliento,
me inventaré respirar,
y sin el más mínimo viento
dejaré el aquí
para irme allá a donde marches.

sábado, 29 de septiembre de 2012